Ves esta cicatriz,
me lo hice el día gris.
Cuando no paraba de llover.
No oía nada más que el agua.

No paraba de fluir el río bajo nuestra casa.
Sola no sabía quién debería encontrar.
Este día me hice la cicatriz,
aquel día que hoy llamo día gris.

Mamá siempre me decías:
“Cariño me voy, ¡ten cuidado!”
Estaba en casa, qué podía ocurrir.
“Si alguien pica a la puerta,
pregunta quien es”

¿Pero si es tu hermano que hago?
Sí que puedes ver esta cicatriz,
la de aquel día gris.
Así se llama y no sabes por qué.

Mi tío siempre me regalaba chuches,
caramelos y palomitas.
¿A quién de seis años no le gustan las palomitas?
Entró sin pedir y me preguntó por ti.

¿Recuerdas este día mamá?
El día gris cuando me hice esta cicatriz.
Lo sé mamá, habías dicho no le abras la puerta a nadie.
Pero no sabía que el tío también era nadie.

Me llamaba su palomita negra…
A mí no me gustaba pero a quien se lo importa.
Aquel día me hizo esta cicatriz.
Sí aquel día gris.

Nadie podía entender mis gritos.
Llovía tan fuerte.
Las carreteras del pueblo estaban cerrados,
por estar ahogadas por el agua.
Tú no podías estar en casa, tenías que trabajar.

Y mi tío estaba aquí.
Pero no lo digas a nadie.
Aquel día gris,
me hizo esta cicatriz.

Por intentar pelear sin fuerza contra él.
Por intentar hundirme bajo la cama,
en la oscuridad
por intentar huir, solo intentar…

Al tío lo veo todos los días por la calle,
en la casa y en mis sueños.
Siempre está mamá.
¡Siempre está!

Se esconde en mi cerebro,
y no me deja pensar.
Mira esta cicatriz.
Me lo hice este día gris.
Por esconderme bajo la cama en la frescura,
y el terror de la habitación.

Ahora soy gris.
Y no veo nada más.
Yo también he vuelto gris.

El gris no es mi color.
Pero hoy ha vuelto mi olor.
Nunca más he visto el sol
amarillo, rojo y fuerte.
Solo me acuerdo de las nubes,
grandes, oscuras y negras.
Mira esta cicatriz.
Me lo hice este día gris.

Roja, naranja, amarillo me pintan el corazón.
Verde, índigo y violeta me enseñan mi dolor.
Pero el gris realza mi sombra con amor.
Amor a lo mío,
Amor a mis sueños perdidos.
Ya no tengo ningunos;
han desaparecidos con el tiempo.

Veo levantarse cada días,
quinientos mil matices de colores.
Todos son grises.
El gris es mi color,
el color de mi soledad.
El color de mi pena.
El color de mi angustia,
el color de mi alma.

Violenta sombra que me niego a perseguir.
Baile de mis pesadillas que actúan en mí.
Ya no soy yo.
Ahora soy ella, ahora no soy.
Aquel día gris,
me hice esta cicatriz.

A qué se refiere el gallo cuando canta.
El amanecer no me despierta.
Mis mañanas no existen,
sólo veo las noches de dolores.

Noches sin sueño, noches sin sol.
Apertura a la demencia,
apertura a la ira.
Violencia de mi locura,
causa de mi furia.

Tengo que decir algo de mí.
Me siento poco a poco morir.
Ya no soy,
soy ella, ahora ni soy.

Llueve sobre mí cada día,
cuerdas grises de agua.
Torrente de aguas vivas con bastante fuerza.
Llueve y llueve todavía.

Pero el agua no consigue limpiar mis lágrimas.
Aquel día gris,
Lágrimas fuertes y saladas de dolores de mi corazón.
me hice esta cicatriz.

Voy por la oscuridad hoy.
Mañana os contaré lo demás.
Pero quizás mañana no esté…
en este día gris.

Mi palomita Negra, 2021